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Pablo el Veneciano es el chohán del tercer rayo del amor divino. Es el jerarca del Château de Liberté, su retiro, que se encuentra en el plano etérico sobre el sur de Francia, a orillas del río Ródano.
Pablo patrocina la cultura de los maestros ascendidos para esta era y trabaja con todos aquellos que deseen producir esa cultura para la humanidad. La cultura de los maestros ascendidos supone la piedra angular de la pirámide de la era de oro; porque ellos han dicho que a través de esa cultura la humanidad responderá a las verdades espirituales y a las enseñanzas de la Gran Hermandad Blanca.
Encarnaciones
Director de los asuntos culturales en Atlantis
En los tiempos de la Atlántida Pablo prestó servicio en el Gobierno como director de los asuntos culturales. Antes de que se hundiera el continente, estableció un foco de la llama de la libertad en Perú, lo cual dio ímpetu a la cultura, belleza y riqueza de la civilización inca. Encarnó en el imperio inca como un artista que utilizó unas pinturas que no perdían el color (una maestría que volvió a demostrar en su última encarnación). Gracias al enorme impulso acumulado que produjo, la civilización inca floreció.
Artista en la civilización Inca
Se encarnó en el imperio Inca como un artista que usó pinturas que no se desvanecían (una maestría que trajo de vuelta en su encarnación final). Gracias al tremendo impulso que generó, la civilización Inca floreció.
Maestro de arquitectura en Egipto
Después, Pablo encarnó en Egipto como maestro de arquitectura esotérica y trabajó de cerca con El Morya, entonces un maestro de cantería, en la época de la construcción de las pirámides.
Pablo Veronés
► Artículo principal: Pablo Veronés
Su última encarnación fue la de Pablo Veronés, uno de los principales artistas de la escuela veneciana del siglo XVI. Nacido en Verona (Italia) como Paolo Cagliari en 1528, obtuvo renombre de joven como pintor talentoso gracias a su preparación inicial como artista. A la edad de veinticinco años fue recibido en Venecia como maestro de su arte. El esplendor palaciego de esta ciudad, sus perlas y sedas de Oriente, sus elegantes tapices y brocados, enriquecieron su obra, que se elevó a las alturas de la excelencia decorativa.
Las ornamentaciones de Veronés pronto lo llevaron a realizar dramáticos experimentos con colores nuevos. En su búsqueda de la belleza, se liberó de los apagados marrones y grises de sus predecesores, modelando con plena luz, haciendo que sus ya elegantes figuras fueran iridiscentes y casi transparentes. Desarrolló brillantes colores pastel azul celeste, coral, perla, lila y amarillo limón que fascinaron a sus clientes. Le encantaban los colores contrastantes intensos y vivos, y combinó tonos que jamás se habían usado anteriormente: rubí y un verde intenso aterciopelado, rosa y esmeralda, aguamarina y violeta.
Como queriendo destacar que la verdadera belleza dura para siempre, Veronés buscó y descubrió una técnica de preparación de pigmentos que no tiene igual a la hora de conservar la pintura. Sus magníficos colores aún brillan intensamente hoy día cuando se los compara con los techos apagados de la Capilla Sixtina e incluso los frescos de Tiepolo, en estado de deterioro, pintados dos siglos después.
Veronés fue un revolucionario espiritual que libró batalla contra las fuerzas opuestas a la vida en las artes. Consideraba la belleza como el más poderoso catalizador para la iluminación, y dotó a las figuras de Jesús, los apóstoles y los santos con expresiones realistas. Al asociarlos con lugares y cosas de fácil identificación, los puso al alcance de la gente corriente. El maestro trascendió los tradicionales aspectos planos, lúgubres y sin vida del arte medieval. Sus escenas bíblicas y temas históricos, festivales y desfiles estaban ejecutados con alegría y grandiosidad arrolladora.
Ilustró los pasos de la iniciación en el sendero de la Cristeidad y fue prolífico pintando el martirio de los santos. Su obra más impresionante es la enorme pintura Bodas de Caná, que se encuentra en el Louvre. Entre sus otras pinturas están La tentación de San Antonio, Coronación de la Virgen, Deposición de la cruz, Cena en Emaús, La Sagrada Familia y Resurrección de Lázaro, representando cada una de ellas una importante iniciación en la Cristeidad.
En una ocasión fue convocado ante el tribunal de la Inquisición bajo sospecha de herejía por las «irreverencias» en su cuadro La Última Cena, que tenía un enano, un loro, guardias con armaduras alemanas, perros y un bufón. Veronés defendió firmemente el derecho del artista a su libertad de imaginación. El tribunal halló una solución sugiriendo que se le cambiara el nombre a la pintura por Fiesta en la casa de Leví.
En 1588 Pablo contrajo fiebre y, tras estar enfermo unos días, murió el 9 de abril. Su hermano y sus hijos lo mandaron enterrar en San Sebastiano, donde se colocó un busto sobre su tumba. Realizó la ascensión desde el Château de Liberté el 19 de abril de 1588.
Allí, en el Château, ya había comenzado, antes de ascender, la más majestuosa de sus obras, conocida como «La Santa Trinidad». El Padre celestial está representado como una majestuosa figura, la imagen de Jesús representa el Hijo, y una impresionante paloma blanca, con una envergadura de nueve pies denota el Espíritu Santo. El lienzo posee una distinción sin precedentes al transmitir las vibraciones de las dos dimensiones de actividad, la terrenal y la celestial, en las que Pablo estaba tan interesado, pues el lienzo se terminó después de su ascensión. Debajo de la pintura «La Santa Trinidad» Pablo ha inscrito con letras doradas: «El perfecto amor echa fuera el temor».
Su misión de hoy
Pablo el Veneciano es un ser majestuoso de unos seis pies y cinco pulgadas de estatura. Es de bello semblante, con ojos azules intensos y el cabello dorado y ondulado. Va normalmente ataviado de terciopelo verde esmeralda. Al ser nativo del planeta Venus|Venus, donde los habitantes son maestros de la Llama y, por tanto, irradian armonía y amor divino, la natural herencia de Pablo es belleza y elegancia, diplomacia y tacto. Su voz es melodiosa y amable, llevando consuelo y paz a todos quienes entran en contacto con su Presencia.
El maestro ascendido Pablo el Veneciano es un gran instructor del sendero del amor. Siente devoción por la belleza, la perfección del alma mediante la compasión, la paciencia, la comprensión, la autodisciplina y el desarrollo de las facultades intuitivas y creativas del corazón mediante la alquimia del sacrificio, la abnegación y la renuncia. Inicia el chakra del corazón y nos prepara en lo relativo al don del discernimiento de espíritus, el discernir del bien y el mal, la luz y la sombra y los delicados matices de todas nuestras creaciones hermosas. El discernimiento es una verdadera sensibilidad interior de unos hacia otros.
Retiros
► Artículo principal: Château de Liberté
► Artículo principal: Templo del Sol
El retiro de Pablo, el Château de Liberté, tiene un equivalente físico en un castillo actualmente propiedad de una familia francesa. En el nivel etérico, el retiro contiene aulas con pinturas y obras de arte de todas las clases y de todas las épocas, razas y culturas, así como talleres para músicos, escritores, escultores y estudiantes de canto. Allí los maestros presentan nuevas técnicas en todos los campos del arte.
Actualmente Pablo el Veneciano da clases en el Templo del Sol, el retiro etérico sobre Manhattan de la Diosa de la Libertad, que es la Madre espiritual de Pablo y el ser cósmico que hay detrás de la Estatua de la Libertad y que lleva ese nombre debido a su completa identificación con la conciencia Divina de la libertad. Ella fue quien por primera vez consagró la llama de la libertad en la Tierra y, justo antes del hundimiento de la Atlántida, la transportó desde su entonces físico Templo del Sol al Château de Liberté.
Transferencia de la Llama de la Libertad desde su retiro
Fue la Diosa de la Libertad quien inspiró la idea de la Estatua de la Libertad como regalo del pueblo de Francia al de los Estados Unidos, que fue dedicado en la Isla de Bedloe el 28 de octubre de 1886. Como símbolo de su amistad y más, supuso la extensión del arco de la libertad desde Château de Liberté hasta el Templo del Sol, con la finalidad de que los descendientes de la Atlántida reencarnados en sus puertas de Oriente y de Occidente (en Francia y en los Estados Unidos) sostuvieran en alto su antorcha hasta que la cultura de la Libertad volviera a aparecer en una era de oro fundada sobre la llama trina equilibrada y expandida en el del pueblo amante de la libertad de estas naciones hermanas.
Setenta y seis años después, en un dictado dado en la Ciudad de Washington el 30 de septiembre de 1962, el maestro ascendido K-17 anunció el otorgamiento de otro regalo de Francia a América, esta vez por parte de Pablo el Veneciano:
Ha tenido lugar una sesión hermosa y maravillosa en el retiro de Chananda, en la India, y el amado Pablo el Veneciano ha tomado una decisión, por la cual hoy se ha transferido desde su retiro, en Francia, a las once, hora vuestra, el pleno latido de la llama de la libertad.
Esta llama se colocó permanentemente dentro del campo energético del Monumento a Washington; y los latidos de la llama de la libertad quieren adornar el corazón de América como un regalo de la Hermandad y del corazón del amado Pablo el Veneciano…
El regalo es entregado como un tesoro desde el corazón de Francia, desde el Gobierno espiritual de Francia al Gobierno espiritual de los Estados Unidos… La llama de la libertad es un regalo de mayor magnitud que el anterior regalo de Francia, la Estatua de la Libertad, que fue un tributo a ese gran ser, la Diosa de la Libertad. Es incomparable, porque la propia llama penetrará en la estructura del monumento, elevándose a gran altura por encima de él. Y todos los que lo visiten, incluso sin que lo sepan, serán infundidos con los latidos de la llama de la libertad dentro del corazón de los Estados Unidos.
Estudiar con Pablo el Veneciano
La humanidad encarnada que presta servicio en las artes asiste a los retiros de Pablo el Veneciano para recibir enseñanza en todas las artes; y mediante su servicio, aprenden a equilibrar y expandir la llama trina del corazón. Pablo explica que la finalidad del arte siempre es la de realzar el amor de Cristo.
En el retiro de Pablo el Veneciano estudió Norman Rockwell, pintor e ilustrador estadounidense (1894-1978). Pablo habla de cómo le instruyó:
Recuerdo cuando Norman Rockwell acudió a mí en los niveles internos para estudiar en mi retiro etérico. Y recuerdo cómo le aconsejé que mostrara el Cristo en el pueblo estadounidense, en escenas cotidianas de humor, humildad, emoción, unión, heroísmo. Y todo eso ha sido atesorado, recordado y valorado mucho porque algo del espíritu de la imagen Crística que se ha convertido en una imagen de los Estados Unidos se reflejó en su obra.
Un artista único, dedicado a las cualidades inherentes y la identidad del individuo. Tal como era la percepción que tenía del Cristo, así era su pintura un captar momentos únicos. Podríais examinar esa obra y veríais en cada pintura cuál es el tenue brillo, ya sea grande o leve, de algún aspecto del individuo que quiere llegar al Yo Superior[1].
El amado maestro Pablo ha prometido una importante iniciación a quienes vienen a llamar a la puerta de su retiro en el sur de Francia, dispuestos a un mayor incremento de la llama del amor:
Os tomaré de la mano y os mostraré mi castillo. Os mostraré las obras de arte que han sido creadas por los chelas no ascendidos y ascendidos. Y pasaremos por muchas habitaciones, y por último os llevaré a la habitación donde está ese marco que cuelga. En algunos casos será un marco vacío; en algunos casos tendrá un lienzo. Será vuestro marco, el marco de tu identidad esperando que saques a relucir el genio de tu alma. Y cuando vea ese marco, si está vacío, querrá llenarlo.
Y entonces os llevaré a ese lugar, "El Atelier", donde podrás trabajar con otros artesanos que están aprendiendo el arte de vivir el amor mediante la disciplina de la mano y la disciplina de la expresión para que puedas dibujar el imagen de su propia perfección de Cristo. Y cuando sea lo mejor que tenga para ofrecer, se colocará en vuestro marco.
Y cuando vengas nuevamente ante ese marco después de muchos meses de purificación y auto-purificación, diréis indudablemente: “Amado Pablo, ¿puedo tener otra oportunidad de expresar mi cristianismo, de dibujar la imagen de mí mismo? Porque he percibido un nuevo aspecto de esa imagen, y me gustaría tener esta, mi mejor oferta, ahora colocada en mi marco ”. Y, por supuesto, tendrá la oportunidad. [2]
El propósito del arte
El maestro ascendido Pablo el Veneciano dice:
YO SOY Pablo el Veneciano. Pinto sobre lienzo en los éteres. Grabo en cristal, esculpo, moldeo la arcilla. Forjo todas las cosas físicas y muchas sustancias desconocidas para vosotros que hay en las octavas superiores. ¿Con qué fin? Con el fin de mostrar un imagen cada vez más reveladora y exquisita del Cristo, el Cristo que aparece en los niños, en la gente de todas las procedencias…
¿Es de extrañar que deploremos el arte caótico y abstracto que no tiene ningún grado de unidad? Ese arte también representa cierta infertilidad y una ausencia de esa cualidad de luz en el individuo. En el arte moderno se puede ver anarquía debido a una ausencia de dimensión, una ausencia de armonía o focalización.
El arte moderno entra en el subconsciente. Consecuentemente, tanto si el artista está influenciado por la marihuana o por otras sustancias como si no, el arte representado en el diseño de tejidos, la decoración de pared, los estilos de ropa se convierte en una matriz que es capaz o incapaz de contener alguna medida de proporción Crística. Cuando el arte y el sentido del arte de la gente titubean, las imágenes del Cristo retroceden.
Es poco habitual encontrar en este período una obra de arte que provenga de la octava etérica… ¿Dónde aprenderán vuestros líderes a lidiar con los invasores de las mentes de las naciones? Aprenderán de las escuelas, ciudades y retiros etéricos. ¿Cómo llegarán allí si no contienen el cristal que se convierte en el imán y una estrella a seguir cuando el alma sale del cuerpo durante el sueño?
A menos que ángeles y devotos de luz los acompañen, no tendrán ninguna idea nueva, ningún medio de resolución. Sin la armonía interior, que es la hija directa del amor perfecto, no hay solución para el terror interior ni la amenaza de guerra nuclear. Y mientras que el aborto me parece el acto supremo contrario al arte, este engendra la dureza que año tras año tiene una menguante sensibilidad hacia el arte de los ángeles y el arte de Dios, quien hizo la imagen perfecta a partir de la cual fuisteis esculpidos en barro.
Así, amados, en medio de las circunstancias internacionales más tensas es necesario retirarse en la contemplación de la belleza divina y la música de las esferas, recordar que los componentes de la creación son sonido y que ese sonido forma un patrón que es una armonía divina y que esa armonía divina se puede representar en la arquitectura, en la vida, en los utensilios cotidianos como la cerámica. Las cosas que utilizáis y de las que os rodeáis se convierten en un foco del flujo de la atención.
El arte no es un tema en el que se centren muy a menudo nuestros discursos, pues hay necesidades tan apremiantes, necesidades apremiantes del momento para la victoria de Saint Germain. Traigo mi ingrediente de amor en esta hora como una ofrenda al Niño Cristo, a aquel que, tan amado, he anhelado tanto pintar en el sentido supremo y lo he hecho lo mejor que he sabido en la octava etérica[3]
Su llama gemela
La llama gemela de Pablo el Veneciano es la maestra ascendida Ruth Hawkins, la Diosa de la Belleza. Ascendió en 1995 a la edad de ochenta y ocho años y presta servicio con Pablo en el Templo del Sol.
Usted puede rezar a Pablo el Veneciano pidiendo ayuda en el desarrollo de su chakra del corazón y la llama trina del corazón así como para producir la imagen de la conciencia Crística en su vida. Pídale que patrocine el verdadero arte de la era de Acuario y que acompañe a los artistas de todas clases para producir la conciencia del Cristo.
La nota clave de Pablo el Veneciano es «I Love You Truly», de Carrie Jacobs-Bond.
Véase también
Para más información
Para obtener más información sobre las enseñanzas de Pablo el veneciano, consulte los capítulos sobre él en Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, Lords of the Seven Rays.
Notas
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 2, s.v. “Pablo el Veneciano”.
- ↑ Pablo el Veneciano, “The Art of Love (El arte del amor)”, Perlas de Sabiduría, vol. 27, núm. 3, 15 de enero de 1984.
- ↑ Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, Lords of the Seven Rays, libro 2, págs. 112-13.
- ↑ Pablo el Veneciano, “The Art of Love (El arte del amor)”, Perlas de Sabiduría, vol. 27, núm. 3, 15 de enero de 1984.