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<blockquote>Mi alma Lo conocía de antaño y trajo a mi mente exterior la memoria del voto interior. No era la primera vez que veía al Señor Cristo. Lo había visto antes de encarnar, y sin embargo tenía que resolver ese orgullo, ese karma en el quinto rayo de mucho aprendizaje, mucho estudio y una superioridad en la posición social e intelectual que tenía comparado con los primeros cristianos. Y así, mi propio karma que tenía encima era lo que me hacía resistirme a la llamada.<ref>{{LSR-es}}, segundo libro, págs. 171–73.</ref></blockquote>
<blockquote>Mi alma Lo conocía de antaño y trajo a mi mente exterior la memoria del voto interior. No era la primera vez que veía al Señor Cristo. Lo había visto antes de encarnar, y sin embargo tenía que resolver ese orgullo, ese karma en el quinto rayo de mucho aprendizaje, mucho estudio y una superioridad en la posición social e intelectual que tenía comparado con los primeros cristianos. Y así, mi propio karma que tenía encima era lo que me hacía resistirme a la llamada<ref>{{LSR-es}}, segundo libro, págs. 171–73.</ref>.</blockquote>

Revision as of 04:28, 30 January 2020

Information about message (contribute)
M&TR
Message definition (Hilarion)
My soul knew Him as of old and recalled to my outer mind the memory of the inner vow. It was not the first time I had seen the Lord Christ. I had seen him before taking incarnation, and yet I had to work through that pride, that karma on the fifth ray of much learning, much studying and superiority in social standing and intellectual standing that I had in regards to the early Christians. And so, it was my own karma that was upon me whereby I was resisting the call.<ref>{{LSR}}, book 2, pp. 171–73.</ref>
</blockquote>

Mi alma Lo conocía de antaño y trajo a mi mente exterior la memoria del voto interior. No era la primera vez que veía al Señor Cristo. Lo había visto antes de encarnar, y sin embargo tenía que resolver ese orgullo, ese karma en el quinto rayo de mucho aprendizaje, mucho estudio y una superioridad en la posición social e intelectual que tenía comparado con los primeros cristianos. Y así, mi propio karma que tenía encima era lo que me hacía resistirme a la llamada[1].

  1. Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Señores de los Siete Rayos (Lanto Espiritualidad), segundo libro, págs. 171–73.