Agni yoga

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"Mahoma en el monte Hira", Nicholas Roerich (1925)

[Sánscrito Agni: 'fuego'. "Yoga": 'yugo', similar al latín jungere "unirse"; unión divina] La unión del hombre con Dios a través del fuego sagrado. Agni yoga, o el yoga del fuego, es un yoga de acción en lugar de ascetismo.

Como se explica en el libro Agni Yoga,

El fuego no se alejará de la vida; actuará como una guía confiable para los mundos lejanos... El que quiera nadar debe sumergirse sin miedo en el agua. Y el que ha decidido dominar el Agni Yoga debe transformar a través de él toda su vida... En verdad, todas las acciones deben estar impregnadas del esfuerzo ardiente purificador...

Así como el fuego es el principio que todo lo abarca, el Agni Yoga impregna toda la vida. Se puede notar cómo la conciencia se agudiza gradualmente, cómo emergen los valores reales del entorno, cómo crece la inmutabilidad de la cooperación de los mundos. Así, la vida está llena de los signos del más alto entendimiento. La verdad como concepto real entra en la vida diaria.[1]

Los maestros ascendidos enseñan que el camino del agni yoga es la expresión del fuego de la Palabra y el Trabajo de la LORD. No solo es la invocación del fuego sagrado a través de la ciencia de la Palabra hablada y la llama violeta, la elevación del fuego sagrado del Kundalini desde el chakra base hasta el corona, pero también acción ardiente por el derecho, por la verdad y en defensa del Cristo vivo en los hijos de Dios.

El yoga supremo

El yoga supremo es el agni yoga. Este es el yoga de fuego, fuego sagrado. Está más allá de los cuatro tipos de yoga que se corresponden con los cuatro cuerpos inferiores, porque conduce a la ascensión. Este yoga ha sido enseñado por todos los Mensajeros de la Gran Hermandad Blanca. Incluso los profetas de Israel practicaban el yoga de fuego.

En la década de 1920, Nicolás y Helena Roerich comenzaron a divulgar las enseñanzas de El Morya y otros maestros de la Gran Hermandad Blanca a través de los libros publicados por la Sociedad Agni Yoga. El agni yoga es el yoga del fuego sagrado de la Madre, el fuego sagrado de la Palabra Encarnada como la Palabra hablada (el decreto dinámico), el fuego sagrado del Padre y el Espíritu Santo. El Morya habla del agni yoga como el yoga de la era futura:

Todos los Yogas anteriores, procedentes de las Fuentes más altas, se basaron en una cualidad determinada de la vida. Y ahora, en el adviento de la era de Maitreya, se necesita un Yoga que comprenda la esencia de toda la vida, omnímodo, que no eluda nada, precisamente como los jóvenes incombustibles de la leyenda bíblica que valientemente se sacrificaron en el horno de fuego y así adquirieron poder.[2]

Tú podrías sugerirme un nombre para el Yoga de la vida. Pero el nombre más preciso será Agni Yoga. Es precisamente el elemento del fuego lo que da nombre a este Yoga del sacrificio.… El fuego no ocasionará un apartarse de la vida; actuará como un guía seguro hacia mundos lejanos…

Veamos en qué se asemejan y en qué se diferencian el Agni Yoga de los Yogas anteriores. El Karma Yoga tiene muchas similitudes con él cuando actúa con los elementos de la Tierra. Pero cuando el Agni Yoga posee las formas de realización de los mundos lejanos, la distinción se vuelve aparente. El Raja Yoga, Jnana Yoga, Bhakti Yoga, todos están aislados de la realidad circundante; y por ello no pueden entrar en la evolución del futuro. Claro está que un Yogui del Agni Yoga también lo debería ser del Jnana y del Bhakti, y el desarrollo de las fuerzas de su espíritu lo convierte en un Yogui del Raja Yoga. ¡Qué hermosa es la posibilidad de responder a las tareas de la evolución futura sin rechazar las conquistas pasadas del espíritu![3]

Internalizando el fuego sagrado

No hay progreso sin fuego. Esto es lo fundamental del sendero de los santos. Quienes no interiorizan el fuego sagrado —porque no han hincado la rodilla ante nuestro Dios, que es un fuego consumidor[4]— sienten el fuego como tensión. Al «escapar de todo» pretenden huir tanto del fuego como del estrés.

Quienes sienten el fuego como fuego aprenden a interiorizarlo mediante interludios de meditación, comunión con la Madre Tierra, yoga, ejercicios de respiración, devociones, decretos o actividades físicas que equilibren y vivifiquen los órganos. Hay otros métodos que estimulan la asimilación del fuego en los cuatro cuerpos inferiores, como escuchar música clásica o religiosa, realizar actividades rítmicas o creativas, elevar la Kundalini[5], incluso dormir profundamente para abandonar el cuerpo y prestar servicio con las huestes celestiales en el plano etérico. El trabajo en sí mismo es un medio para asimilar el fuego.

En el libro Heart (Corazón) leemos: «Aun los seres más elevados deben encender su espíritu con el fin de actuar»[6]. Cuando se alcanza cierto nivel en el sendero de la espiritualidad, a menos que uno se convierta en una llama en ese momento, para siempre, se puede sufrir un retroceso y un desastre en la vida. Es imposible mantener y manifestar un determinado nivel de espiritualidad sin estar familiarizado con el fuego.

Véase también

Yoga

Notas

Perlas de Sabiduría, vol. 33, núm. 44.

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y el sendero espiritual.

  1. Agni Yoga, 5ª ed., Rev. (Nueva York: Agni Yoga Society, 1980), págs.101, 103, 108.
  2. Véase Daniel 3.
  3. Agni Yoga, 5ª ed. Rev. (New York: Agni Yoga Society, 1980), págs. 100-102.
  4. Deuteronomio 4:24; Hebreos 12:29.
  5. Algunas personas que tienen un deseo exacerbado de elevar el fuego Kundalini recurren imprudentemente al uso descuidado de varias formas de yoga o incluso a las drogas ilegales. La elevación de la Kundalini bajo la tutela de los maestros ascendidos no supone un repentino estallido de fuego, sino un suave aumento de fuerza y conciencia. La clave para liberar esta energía de la Kundalini es el culto al Principio Materno. El rosario es un método seguro y eficaz para elevar la luz de la Madre con el calor ferviente del amor y reverencia, sin una violenta erupción de energía.
  6. Heart (Corazón) (New York: Agni Yoga Society, 1944), pág. 244.