Ángel de la Agonía
El Ángel de la Agonía atendió a Jesús en la cruz. Con sus legiones, el Ángel de la Agonía inspira y anima a los que están apesadumbrados por el peso de la cruz del karma personal y planetario. Él es el ejemplo de los muchos ángeles que atienden a la humanidad en sufrimiento.
Este ángel pide que nos acordemos de él cuando recemos por aquellos que están sufriendo:
Espero, pues, que cuando recéis a nuestro Padre en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY, os acordéis de llamarme en nombre de las miles de personas de la Tierra que sufren todos los días. Llamadme, porque así puedo enviar legiones que se pongan del lado de los que esperan y están atentos a la aparición de su Señor…
En el momento, pues, del sufrimiento de los que se marchan de la vida realizando la transición, portando como portan karma personal y planetario, os pido que pidáis por todos aquellos que yacen en lechos de dolor y que deben ser recibidos por los ángeles del cielo y por los Señores del Karma. Llamad, pues, para que podamos permanecer y dar ánimos a estos benditos con una visión de los templos, las ciudades y los retiros etéricos que les animen, con una visión de lo que la vida ha de ser y con el gozo y el entendimiento en alguna parte del alma de que ese sufrimiento también produce un equilibrio en la vida y da oportunidad a que otras personas vivan y conquisten. Os pido que llaméis a nuestras legiones de ángeles también para consolar a aquellos que están en la cruz observando el fallecimiento de seres queridos, porque también deseamos cuidar de los que sufren al lado de quienes están en medio de la iniciación[1].
El Ángel de la Agonía y sus legiones vienen a reprender a los espíritus de la muerte que se burlan de los conquistadores en el momento de la agonía y también vienen para ofrecer inspiración a los que están pasando por sus iniciaciones.
Deseo que entendáis que incluso en el momento de sufrimiento más intenso, aún en la hora en que el dolor está presente en el templo corporal, existe una beatitud en el alma y en el corazón y es la beatitud que se expande más y más y más hasta que todo el campo de fuerza del Hijo de Dios se convierte en una réplica del Sol Central justamente en medio de la agonía de la crucifixión…
Me llaman el Ángel de la Agonía, y vengo con mis legiones a inspirar a los que están apesadumbrados con el peso de la cruz del karma personal y planetario. Acudimos a los valerosos que saludan a los ángeles del Señor Maitreya con el alegre «¡Sí, seré iniciado! Sí, daré el siguiente paso, sea cual sea ese paso. Estoy listo, Señor, porque tengo la voluntad de ser el victorioso sobre el infierno y la muerte en esta vida, esta vida mía victoriosa y triunfante»[2].
Notas
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 1, s.v. “Ángel de la Agonía”.