Manjushri
Manjushri es un gran Buda y un bodhisattva. En las enseñanzas budistas, Manjushri es el Bodhisattva de Sabiduría. La sabiduría es el sabio dominio, de uno mismo, de nuestra aura, de todo nuestro ser. Es el sabio dominio de todos los asuntos que se nos confían y de todas las personas que están a nuestro cuidado.
La sabiduría es la virtud más estimada en el budismo. La virtud de la sabiduría ha sido denominada la «Madre de todos los Budas», porque sólo ella puede liberar totalmente del sufrimiento. Sin embargo, sin amor y la lealtad a la voluntad de Dios, la sabiduría por sí misma no es suficiente.
Los budistas ven a Manjushri como un «heraldo de la emancipación». También es reverenciado como patrón de las artes y las ciencias, maestro de la elocuencia y principal protector y patrón de los astrólogos. Los escritores budistas tradicionalmente invocan la ayuda de Manjushri y con frecuencia dan comienzo a sus libros con versos u oraciones en su honor.
Los budistas apelan a Manjushri pidiendo inteligencia, sabiduría, maestría sobre la enseñanza, poder de exposición, elocuencia y memoria. Es el patrón de la literatura que utiliza la Palabra conscientemente como herramienta de liberación, como una afilada espada que corta a través de la ignorancia. Podemos llamar a Manjushri pidiendo una suave o dulce iluminación.
Aunque a Manjushri se le denomina como bodhisattva, se cree que tenga la iluminación de un Buda. Algunas tradiciones dicen que llegó a ser un Buda perfectamente iluminado hace muchos eones en otro universo.
En la tradición budista
Según el saber popular budista, Manjushri sintió compasión por la gente de China porque vivían muy lejos de la India, donde el Señor Gautama había encarnado. Por consiguiente, hizo el voto de ayudar a la gente de China y estableció su Tierra Pura en el Paraíso de las Cinco Montañas, al norte de China. Una Tierra Pura es un reino espiritual o paraíso presidido por un Buda, un lugar creado por Budas para sus discípulos que es ideal para su discipulado.
Algunos textos afirman que Manjushri también tiene una Tierra Pura en otro universo, donde él se manifiesta como el Buda perfecto que es en realidad. Su Tierra Pura terrenal en el norte de China es un lugar favorito de los peregrinos. Los devotos de Manjushri viajan allá, esperando vislumbrar algo de él. Se dice que sólo aquellos que están realmente purificados pueden verlo. Aun así, hace falta cierta maestría para reconocerlo, porque con frecuencia aparece disfrazado de hombre pobre o de huérfano.
Para aquellos cuyo karma les impide verlo físicamente, algunas veces él se aparece en sueños que pueden ser experiencias fuera del cuerpo, recordadas claramente justo antes de volver a entrar al cuerpo por la mañana. Un maestro zen dice: «Hay algunos monjes estudiantes que buscan a Manjushri en el Paraíso de las Cinco Montañas, pero ya han tomado el camino equivocado. Manjushri no se encuentra en el Paraíso de las Cinco Montañas. ¿Quiere usted saber dónde está? En este momento algo está ocurriendo en usted, algo que no muestra ninguna tendencia a la vacilación, ni revela ninguna disposición hacia la duda; esto es su Manjushri vivo». Es decir, no lo busque fuera de sí mismo, búsquelo en su interior trabajando dentro de los mismísimos muros de su ser.
El nombre sánscrito Manjushri significa «gloria apacible» o «dulce gloria». En la iconografía tibetana frecuentemente se representa al Buda Gautama con Manjushri a su izquierda y Maitreya a su derecha. Manjushri representa el aspecto de la sabiduría del ideal del bodhisattva y Maitreya el aspecto de la compasión. Así, Maitreya y Manjushri representan las dos caras de la moneda del sendero del bodhisattva.
El profesor Robert Thurman escribe lo siguiente: «Hay distintas personas en distintas fases del sendero en distintos momentos. Se elaboran distintas enseñanzas para su beneficio que enfatizan la sabiduría o la compasión. El equipo formado por Maitreya y Manjushri, que encabezan las dos ramas principales del gran árbol de esta tradición filosófica, [nos] aseguran que el equilibrio nunca se moverá demasiado en ninguno de los dos sentidos»[1].
En el arte budista, Manjushri es representado muchas veces como un hermoso príncipe de dieciséis años de edad. Su complexión es normalmente de un amarillo dorado, y en su mano izquierda tiene el tallo del brote de un loto azul. Sobre el brote descansa un libro que representa una de las escrituras del Prajna Paramita, que trata sobre la realización de prajna, o sabiduría. En su mano derecha blande una espada flamígera de sabiduría para vencer toda la ignorancia. Esta espada ha sido denominada como «una espada de rápido desapego».
Mantras de Manjushri
El maestro ascendido Manjushri nos dice: «Si decidís recitar mis mantras, os ayudaré a llegar a la unidad de la mente de Dios».[2] He aquí los mantras de Manjushri:
Om Ah Ra Pa Tsa Na Dhih se hace como ayuda para desarrollar la sabiduría, la memoria y la comprensión de las escrituras. La última sílaba, Dhih, es la bija, o sílaba semilla, de Manjushri. La esencia de un ser cósmico está concentrada en su bija. La bija puede pronunciarse sola o repetidamente tantas veces como sea posible tras la última repetición del mantra.
Om Wagi Shori Mum se hace para aumentar la eficacia de la comunicación y para dar la Palabra. Significa «¡Salve al Señor del Habla!». Manjushri es conocido como el Señor del Habla y es reverenciado como maestro de la elocuencia.
Gate Gate Paragate Parasamgate Bodhi Svaha invoca la sabiduría de las escrituras Prajna-paramita y también se puede hacer dedicándolo a Manjushri. Significa: «Se fue, se fue, se fue más allá, totalmente más allá se fue; ¡Iluminación, salve!»; o «Avanza, avanza, avanza más allá, totalmente más allá, avanza; ¡hállate en la iluminación!». Este mantra nos puede impulsar más allá de la ilusión y el yo ilusorio hacia la Realidad y el Yo Real.
Consejos para el sendero
Manjushri nos dice:
YO SOY para que toméis el sabio dominio sobre la Tierra y cuidéis sabiamente de todos los recursos que tenéis a vuestra disposición.
YO SOY para la practicidad. YO SOY para que deis el paso que está más cerca y que sea correcto, aunque no sea el paso perfecto que preferiríais en ese momento.
Sobre todo, no os quedéis estancados. Haced lo que podáis antes de que pase una hora, un día, un año. Planificad bien. Pero por el amor de Dios, ¡no os quedéis sin hacer nada! Porque esta no es la era del no hacer nada para los chelas de Manjushri y Maitreya y Gautama. Esta es la era del hacer acelerado.
Vemos a muchas personas en la Tierra que actúan con altos niveles de tensión porque intentan ir a la par del funcionamiento de la mente de Dios en sí mismas, pero lo hacen de una forma humana y, así, sus cuerpos sufren. Algunas veces, justo cuando se encuentran en lo más alto de sus carreras profesionales, se dan cuenta de que deben afrontar problemas en su cuerpo físico que son abrumadores.
Os digo: ¡iluminad el camino! Sed los faroleros de la Tierra y sabed que el iluminar el camino para equilibrar los cuatro cuerpos inferiores es el gran don de la bondad, el gran don de la iluminación que podéis dar a muchos…
YO SOY Manjushri, y tengo un gran sentido del humor. Y conoceréis ese sentido del humor en vuestra vida si hacéis mis mantras. Porque humor en el Sendero es lo que verdaderamente os libera de los niveles de demasiada seriedad de los ángeles caídos[3].
Véase también
Notas
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 1, “Manjushri”.
- ↑ Marilyn M. Rhie y Robert A. F. Thurman, Wisdom and Compassion: The Sacred Art of Tibet (Sabiduría y compasión: el arte sagrado del Tíbet) (San Francisco: Asian Art Museum of San Francisco, 1991), págs. 20, 21.
- ↑ Manjushri, “You Have the Mind of God! (¡Tenéis la Mente de Dios!)”, Perlas de Sabiduría, vol. 37, núm. 21, 22 de mayo de 1994.
- ↑ Ídem.