Orden de la Cruz Esmeralda

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Ordenes Sagradas



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Orden de Melquisedec
 

La Orden de la Cruz Esmeralda es una orden de guardianes de la llama que prestan servicio en el quinto rayo: médicos, enfermeras y quienes prestan servicio en todos los ámbitos de la salud. La orden también incluye maestros ascendidos y maestros no ascendidos a niveles etéricos. La orden está patrocinada por el Poderoso Cosmos, Ciclopea, Rafael y Madre María, Hilarión, Palas Atenea y el Maha Chohan.

Porcia habló de esta orden el 17 de abril de 1976:

Y ahora, que la Orden de la Cruz Esmeralda se establezca como la señal de la venida de María, la Madre de Cristo, y su consorte el Arcángel Rafael, a la Ciudad de los Ángeles para establecer un foco de curación para todos los que vendrán, no solo por la enseñanza sino para tocar el dobladillo de la vestidura de la Madre Divina.

Y que aquellos que quieran servir en esta orden refinen en sí mismos ese poderoso impulso acumulado de curación que Jesús llevó en su manto. Y que los guardianes de la llama se den cuenta de que donde está la chispa de vida, ahí hay esperanza. Y donde hay esperanza, hay esperanza en la voluntad de Dios y la voluntad de ser íntegro. Y donde hay incluso una chispa de la voluntad de ser íntegro, hay una conexión con la labor curativa...

Entonces, que aquellos de la Orden de la Cruz Esmeralda sean quienes invocarán el rayo esmeralda desde el corazón de Cosmos y Ciclopea, Rafael y María, Hilarión y Palas Atenea y el Maha Chohan, los patrocinadores de esta orden, y quienes invocarán a los ángeles de la verdad, la curación y la ciencia.

El requisito para servir en este orden es mantener vuestros cuatro cuerpos inferiores cargados y llenos de esa frecuencia esmeralda para que siempre mantengáis una luz en vuestro interior mayor que la oscuridad que os contacte, para que las multitudes que se arremolinan, que buscan la fuente de esa luz y esa verdad que los hará libres, no os agoten. Debéis saber cómo cargar las baterías de los chakras con la luz curativa, mantenerlas recargadas, saber cuándo retirarte para ayunar, orar, recargarte, y cuándo salir a dar esa luz.

Y por lo tanto, si miráis con vuestra vista interna, veréis una cruz esmeralda gigante suspendida sobre la Ciudad de los Ángeles. Tiene treinta y tres esmeraldas en la cruz, y es verdaderamente la cruz de fuego blanco de los conquistadores del sendero de la ciencia, la verdad y el amor curativo.

Que sea por la curación de esta nación y de todas las naciones. Que sea la manifestación de las hojas del árbol de vuestro cuerpo causal, el impulso combinado de los miembros ascendidos de la Gran Hermandad Blanca y sus chelas no ascendidos, que el rayo esmeralda, la cruz esmeralda y sus piedras sean la concentración del logro de la banda verde del cuerpo causal de todos los que hacen de éste su mándala, el mándala de la Madre.

Yo soy Porcia, Diosa de la Oportunidad. Os pido que me escribáis una carta que pueda presentar a los Señores del Karma con vuestras expresiones de amor por Saint Germain y por vuestros hermanos y hermanas del sendero, y expresando vuestro deseo de tener la oportunidad de servir.[1]

Servatus habló de la gran necesidad que hay de que todos los guardianes de la llama consideren su rol en la Orden de la Cruz Esmeralda. Los miembros de esta orden no han de ser doctores, enfermeros ni sanadores. Sólo deben tener el deseo de guardar la llama mientras las evoluciones de la Tierra pasan por una acción doble: primero, el regreso de los registros de los abusos de la ciencia en la Atlántida a través de los científicos atlantes reencarnados, que están llevando a cabo los mismos experimentos que hicieron en aquellos últimos días; y segundo, el retorno del karma de la humanidad por el abuso de la luz del rayo esmeralda.[2]

Notas

Elizabeth Clare Prophet, 29 de noviembre de 1976.

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 2, s.v. “Servatus”.

  1. Porcia, 17 de abril de 1976.
  2. Servatus, 6 de abril de 1977, “Curación en la Nueva Jerusalén.”