Shambala

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Canción de Shambhala, Nicholas Roerich (1943)

Shambala, el antiguo hogar de Sanat Kumara y Gautama Buda, se encuentra en el reino etérico, sobre el desierto de Gobi, en China. Este retiro, en su día físico, ha sido desde entonces retirado a la octava etérica, o mundo celestial.

La instauración del retiro

El retiro fue construido originalmente para Sanat Kumara, jerarca de Venus, que hace mucho tiempo vino en la hora más oscura de la Tierra, cuando toda la luz había desaparecido en sus evoluciones y no quedaba ni un sólo individuo en el planeta que ofreciera adoración a la Presencia Divina o el Buda Interior. Sanat Kumara fue acompañado en esta misión por un grupo de ciento cuarenta y cuatro mil almas de luz que, junto con él, se habían ofrecido para guardar la llama de la vida por la gente de la Tierra. Prometieron hacer esto hasta que los niños de Dios, que habían sido desviados de su primer amor por los ángeles caídos, respondieran al amor de Dios y de nuevo se dirigieran a servir a su poderosa Presencia YO SOY.

Una vanguardia formada por cuatrocientos fue delante de Sanat Kumara para construir, en la Isla Blanca sobre el mar de Gobi de brillante azul (donde actualmente está el desierto de Gobi) el magnífico retiro que se habría de convertir para siempre en el legendario Shambala. En su origen, la ciudad era una réplica física de la ciudad venusina de los Kumaras. Los voluntarios de Venus concentraron allí las ciento cuarenta y cuatro virtudes de las llamas de los elementos, componiendo una réplica diamantina del foco en el Gran Eje. A la «Ciudad Blanca» se accedía desde el continente por un hermoso puente de mármol.

Al asumir el cargo de Señor del Mundo, Sanat Kumara residió en este retiro físico pero no adoptó un cuerpo físico como los que usamos hoy. Más tarde se hizo conveniente que Shamballa se retirara del plano físico a la octava etérica para su protección.

El desierto de Gobi

Descripción

El templo principal de Shambala está marcado por una cúpula dorada y está rodeado por terrazas, fuentes de llama y siete templos –uno por cada uno de los siete rayos–, situados sobre una ancha avenida parecida a los Campos Elíseos, bordeada de árboles y flores, fuentes de llama y pájaros tropicales, como el azulejo de la felicidad. El altar de la llama trina se encuentra en el templo principal, donde la estrella de Sanat Kumara cuelga del techo sobre el altar. Este foco, el principal de la llama trina en el planeta, fue establecido por Sanat Kumara cuando llegó, hace mucho tiempo. A través de él conectó un rayo desde su corazón con todas las corrientes de vida que evolucionaban en el planeta, ayudando así a sus Santos Seres Crísticos a elevar la conciencia de la humanidad y devolverla a un punto en el que se les pudiera enseñar las leyes de la maestría propia.

En eras pasadas la gente acudía cada año desde muchas millas de distancia para presenciar el fuego sagrado físico y visible y para llevarse un pedazo de madera consagrado por Sanat Kumara, para encender sus fuegos hasta el año siguiente. Así comenzó la tradición del leño Yule, que conmemora el regreso del fuego de la Cristeidad.

Funciones del retiro

Sanat Kumara fundó las actividades de la Gran Hermandad Blanca en el nivel planetario, y la sede central de la Hermandad sigue aquí en la actualidad. Ahí los maestros preparan a mensajeros para que vayan con las enseñanzas del Cristo, adaptadas a cada nivel de la conciencia humana. Cada año los frutos de todos los empeños de ángeles, elementales y representantes de la Hermandad en el mundo de la forma son devueltos a Shambala en el otoño, y son llevados a los pies del Señor del Mundo. Los ángeles van el día de San Miguel, el 29 de septiembre. Los elementales van a finales de octubre y los representantes de la Hermandad a finales de noviembre, cuando en los Estados Unidos se celebra la fiesta de la gratitud en el Día de Acción de Gracias.

Shambala en las leyendas de Oriente

En las leyendas de Oriente, Shambala es el nombre de un reino mítico, un paraíso terrenal, que dicen existe en algún lugar entre los Himalayas y el desierto de Gobi. Antiguos textos tibetanos describen el reino como un lugar hermoso en una parte inaccesible de Asia, formado por ocho regiones, cada una rodeada de un anillo de montañas de cumbres nevadas y, por tanto, con la apariencia de una flor de ocho pétalos. Es un país idílico, libre de luchas y crimen, cuyos habitantes han conseguido un gran desarrollo y poderes espirituales.

El reino de Shambala juega un papel esencial en el budismo tibetano. El autor Edwin Bernbaum escribe que los textos sagrados de los tibetanos hablan de Shambala como

un reino místico oculto detrás de cumbres nevadas en alguna parte del norte del Tíbet. Allí, dicen, una línea de reyes iluminados protege las más secretas enseñanzas del budismo para una época en la que toda la verdad del mundo exterior se haya perdido en la guerra y la sed de poder y riqueza. Entonces, según la profecía, un rey futuro de Shambala saldrá con un gran ejército para destruir las fuerzas del mal y producir una era de oro. Bajo su gobierno iluminado, el mundo llegará a ser, al fin, un lugar de paz y plenitud, lleno de riquezas de sabiduría y compasión.

Los textos añaden que un viaje largo y místico por una tierra de desiertos y montañas conduce a Shambala. Quien consiga alcanzar este remoto santuario, habiendo superado numerosas dificultades y obstáculos por el camino, encontrará allá una enseñanza secreta que le capacitará para dominar el tiempo y liberarse de su esclavitud. Los textos advierten, sin embargo, que sólo quienes son llamados y poseen la preparación espiritual necesaria serán capaces de llegar a Shambala; los demás sólo hallarán tormentas cegadoras y montañas vacías. O incluso la muerte[1].

Los tibetanos creen que Shambhala todavía existe hoy como un paraíso terrenal desde el cual se emitirá la era dorada del futuro. El Dalai Lama, el gobernante exiliado del Tíbet, siente que el reino tiene una existencia material en este mundo, pero que uno debe alcanzar un nivel avanzado de logro espiritual para encontrarlo o reconocerlo. Otros tibetanos ven eventos recientes, en particular la destrucción de gran parte del budismo en el Tíbet y en otras partes de Asia, como indicaciones de que el futuro rey de Shambhala pronto saldrá de su santuario escondido para derrotar a las fuerzas del materialismo y establecer una era dorada de espiritualidad...

Una vieja historia cuenta de un joven que se pone en marcha en busca del reino mítico. Después de cruzar muchas montañas, llega a la cueva de un viejo ermitaño, que le pregunta a dónde va. "A encontrar a Shambhala", responde el joven. "¡Ah! Bueno, entonces no necesitas ir muy lejos”, dice el ermitaño. "El reino de Shambhala está en tu corazón". Como sugiere la historia, para muchos tibetanos, Shambhala se esconde como un estado mental que debe despertarse para que el reino se pueda encontrar en el mundo exterior.[2]

Jerarcas del retiro

Gautama Buda fue el primer iniciado en servir bajo Sanat Kumara, por ello es el elegido para sucederle en el cargo de Señor del Mundo. El 1 de enero de 1956 Sanat Kumara colocó su manto sobre el Señor Gautama, por lo que el chela por excelencia del Gran Gurú también se convertía en el jerarca de Shambala. Hoy, Gautama Buda sostiene el lazo con las llamas trinas de toda la humanidad. Este lazo será sostenido hasta que cada individuo ascienda en la luz.

Sanat Kumara, conservando el título de Señor del Mundo Regente, regresó a Venus y a su llama gemela, la Maestra Ascendida Venus, que había guardado los fuegos del hogar ardiendo durante este largo exilio. Allí él continuó su servicio con la Gran Hermandad Blanca y las evoluciones avanzadas de su estrella y hogar por el planeta Tierra.

Véase también

Shambala Occidental

Notas

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 2, “Shambala”.

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 2, “Sanat Kumara”.

Perlas de Sabiduría, vol. 32, núm. 30, 23 de julio de 1989.

  1. Edwin Bernbaum, The Way to Shambhala (El camino a Shambala) (Garden City, N.Y.: Anchor Press/Doubleday, 1980), págs. 4-5.
  2. Edwin Bernbaum, "The Hidden Kingdom of Shambhala (El Reino Oculto de Shambhala)", Historia natural 92, no. 4 (abril de 1983): 59, 62.