Translations:Lanto/30/es
El hombre es un Dios en formación, pero nunca puede saber esto mientras tenga pensamientos terrenales. Nunca puede saberlo con el conocimiento mundano, pues las cosas de este mundo son insensateces para con Dios.[1] Y ante los ojos de Dios, los únicos valores reales son los que liberan al hombre del eclipse del ser que ha ocultado el sol de la Presencia de Dios a sus ojos. Y ese sol es lo que despertará sus sentidos espirituales, que le capacitarán para ver, con San Pablo, el rostro del Maestro y oír su grito, “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”[2]
- ↑ I Cor. 3:19.
- ↑ Acts 9:5; Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, Understanding Yourself: A Spiritual Approach to Self-Discovery and Soul-Awareness, p. 153.