Tubo de luz
El tubo de luz que se muestra en la Gráfica de Tu Ser Divino, es un escudo de protectora luz blanca que mide cerca de tres metros de diámetro el cual desciende de Dios y se extiende por debajo de tus pies.
El tubo de luz puede protegerte contra energías malévolas que alguien puede dirigirte a través de su ira, condena, odio o celos. Cuando careces de protección, esas energías negativas pueden volverte irritable o deprimirte, incluso pueden ocasionarte accidentes. El tubo de luz te ayuda a permanecer centrado y en paz.
Dios profetizó a Israel: "Yo seré para ella muro de fuego en derrededor y el fuego en medio".[1] Este es el tubo de luz, la pared que te rodea, que te sella y protege de la conciencia de las masas, de los pensamientos de celos o envidia, de toda clase de enfermedades en el planeta. Es una protección espiritual que todos necesitamos.
Es una buena idea que repitas el "tubo de luz" cada mañana antes de que comience el ajetreo del día. Si, a lo largo de la jornada, te sientes falto de energía, exhausto o vulnerable, puedes repetir este decreto cada vez que te sea necesario.
Visualización y meditación
Al recitar el decreto del "Tubo de Luz", visualiza la intensa luz blanca de tu Presencia YO SOY, más brillante que la luz del sol sobre nieve recién caída, que se funde para formar un muro impenetrable de luz a tu alrededor. En el interior de ese tubo de luz centelleante, imagínate a ti mismo envuelto por la llama violeta, el fuego espiritual del Espíritu Santo.
- Amada y radiante Presencia YO SOY,
- Séllame ahora en tu Tubo de Luz
- De llama brillante Maestra Ascendida
- Ahora invocada en el nombre de Dios.
- Que mantenga libre mi templo aquí.
- De toda discordia enviada a mí.
- YO SOY quien invoca el Fuego Violeta,
- Para que arda y transmute todo deseo,
- Persistiendo en nombre de la libertad,
- Hasta que yo me una a la Llama Violeta.
En el transcurso del día, puedes reforzar de vez en cuando esta protección espiritual visualizando el tubo de luz a tu alrededor y repitiendo este decreto.
Véase también
Notas
Elizabeth Clare Prophet, Ángeles Caídos y los Orígenes del Mal
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Keys to the Kingdom (Claves para el reino).
- ↑ Zacarías 2:5.