Alma
Dios es un Espíritu y el alma es el potencial viviente de Dios. La petición que el alma hizo de libre albedrío y su separación de Dios tuvo como consecuencia el descenso de ese potencial al estado inferior de la carne. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a ser elevada con honor a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda la Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.
El alma permanece como un potencial caído, debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica, y devuelta a la gloria de la cual descendió, y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico que determina el destino del ser y lo hace uno con la Verdad inmortal. Cuando este ritual se completa, entroniza al Ser superior en tanto se admite que el Señor de la Vida y el potencial de Dios, realizado en el hombre, es el Todo en todo.
El maestro Morya describe el origen del alma:
Dejemos ... prestemos atención al fragmento del infinito que se ha realizado en el campo energético inmediato de lo que vosotros llamáis yo. La semilla de este yo tenía que provenir del Gran Yo Divino, por supuesto, dado que no hay ninguna otra fuente de la que pudiera proceder. Al cumplir ciclos por las esferas de la gran Mónada de la Vida, la semilla de la autopercepción hace ovillos de luz: hilo a hilo, enrollando e hilando, hilando y enrollando alrededor del punto de la conciencia, construyendo un campo de energía. Y la semilla se convierte en un alma que ha nacido de la propia unión del Espíritu con la vida. Y el alma es un sol en miniatura que gira en torno al sol central del Ser Universal.
The sphere of God-being is a whirling atom that is called the Alpha-to-Omega. Out of the whirling of the polarity of the I AM THAT I AM, the seed of the soul is born. And as it moves through the cycles of the Monad, it forms a new polarity with the center. And the electron of selfhood, a new selfhood, is born....
As God multiplied himself over and over again in the I AM Presence (the individualized spark of being), the seeds that became souls—the souls that were thrust from the planes of Spirit—became living souls in the planes of Matter ... the emergent souls gathered skeins of Matter to form the vehicles of selfhood in time and space—the mind, the memory, the emotions tethered to the physical form. Thus veiled in flesh and blood, the soul was equipped to navigate in time and space.[1]
The dwelling place of the soul is the seat-of-the-soul chakra. This chakra is located midpoint between the base-of-the-spine chakra and the solar-plexus chakra, which is located at the navel. The soul is called by God to mount the spiral staircase from the seat-of-the-soul chakra to the secret chamber of the heart, where she meets her beloved Holy Christ Self.
The ascended masters have referred to the soul as the child who lives inside of us. Psychologists have dubbed the soul “the inner child.” The soul by any other name is still the soul. And we are her parents and teachers, even as we are her students.
Véase también
Para más información
Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, The Path of the Higher Self, volume 1 of the Climb the Highest Mountain® series, pp. 7–11.
Elizabeth Clare prophet, The Story of Your Soul: Recovering the Pearl of Identity.
Notas
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, El sendero del Yo Superior, págs. 7, 8.
Perlas de Sabiduría, vol. 35, núm. 58, 29 de noviembre de 1992.
Perlas de Sabiduría, vol. 38, núm. 29, 2 de julio de 1995.
- ↑ El Morya, The Chela and the Path: Keys to Soul Mastery in the Aquarian Age, chapter 3.