Iglesia Universal y Triunfante
Elizabeth Clare Prophet describió los propósitos y la fundación de la Iglesia Universal y Triunfante en una conferencia dada el 6 de julio de 1975:
En la tradición de las religiones del mundo, la Iglesia siempre ha sido la novia del Espíritu Santo. La Iglesia es el aspecto femenino. La Iglesia representa la cuadratura del círculo. La Nueva Jerusalén es la Ciudad Cuadrangular.[1] Es la cuadratura de la Trinidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La Iglesia surge para que la llama de la Madre pueda ser consagrada en el altar; y con la llama de la Madre consagrada en el altar, la Iglesia es el imán que atrae a los hijos de Dios de regreso al ritual del servicio y la adoración ordenados, a través de los cuales se atraviesa la puerta de la victoria de la ascensión.
La declaración y la enseñanza de la ley no podrían estar completas sin la organización en la llama de la Madre, que es la Iglesia. Por consiguiente, los Maestros Ascendidos anunciaron durante los últimos dos años, en numerosos dictados y documentos que hemos recibido, la fundación de lo que se conocerá como la Iglesia Universal y Triunfante.
La visión y la inauguración de la Iglesia
La visión de la Iglesia me fue dada mientras veía al amado Jesucristo en el cielo parado en el altar de una poderosa catedral. Y vi reunidos a los miles que llamamos los santos —esas almas en el nivel etérico y en las octavas ascendidas que forman esa parte de Dios que es conocida como el cuerpo de Dios en el cielo. Y Jesús me reveló que era el momento para esa Iglesia, esa concepción como una concepción cósmica, para que descienda a la manifestación. El tiempo ha llegado porque los ciclos han cambiado. El tiempo ha llegado porque los discípulos se han preparado.
Y así Jesús me eligió para inaugurar esta Iglesia; y colocó sobre mí el manto de Vicario de Cristo, que significa simplemente la representante del Cristo. Madre María era la cabeza de la Iglesia cuando Jesús partió. La llama de la Madre es el centro de la Iglesia. Y tras esa unción, que tuvo lugar hace varios años, recibimos el dictado del Maestro Ascendido, el papa Juan XXIII, quien, como Vicario de Cristo, apareció en febrero de 1974 para anunciar que era hora de que la Iglesia Universal y Triunfante se inaugurara formalmente, que tuviera personalidad jurídica en el mundo, y contara con un conjunto de estatutos y reglamentos, una junta directiva formal y categorías de miembros y comulgantes. El dictado en el que describió esto se incluye en una Lección de Guardianes de la Llama. Cuando lleguen a esa lección, podrán leerla en su totalidad.
En este dictado, dijo que la Iglesia Universal y Triunfante sería el aspecto femenino de nuestro mandala. Sería el núcleo y el centro de fuego blanco de aquellos devotos que anhelaban ser algo más que devotos, que deseaban formar parte del ritual de la verdadera Iglesia, participar en los sacramentos dictados por el amado Jesús, aceptar un conjunto de principios y unirse para formar el cubo cósmico. Explicó que, si bien The Summit Lighthouse había funcionado como la Iglesia, como el aspecto del Padre, era como la esfera blanca; y la integridad de Alfa y Omega, como la totalidad de la esfera, ahora estaría dividida en dos. Ahora, el Alfa a Omega funcionaría en polaridad como The Summit Lighthouse, representando el aspecto del Padre de Dios, y la Iglesia Universal y Triunfante, representando el aspecto de la Madre de Dios.
La Iglesia Universal y Triunfante es una escalera circular que recorremos paso a paso. Presenta el esquema de las treinta y tres iniciaciones que se requieren para todos aquellos que realizan la ascensión. Y nos ofrece un núcleo, un orden, una base a través de la cual podemos guiar a nuestras familias, a nuestros seres queridos, a nuestros hijos y brindarles la formación que necesitan.
Así como la llama de la Madre no es lo primero que descubrimos al acceder a las enseñanzas, la Iglesia Universal y Triunfante no es lo más evidente del trabajo de la Gran Hermandad Blanca. Más bien, representa el núcleo ardiente, los devotos internos: aquellos que sostienen la llama de la Madre y se preocupan por la elevación de la cultura de Lemuria y por ser parte del cuerpo de Dios en la Tierra, dispuestos a someterse a las disciplinas para lograrlo. Es la Iglesia Universal y Triunfante que hace sonar la campana final para toda la organización del mal uso del rayo femenino en el planeta. Me complace mucho informar, entonces, a esta compañía que se constituyó oficialmente en el aniversario de la ascensión de Saint Germain, el 1 de mayo de 1975, como la Iglesia Universal y Triunfante y tiene estatus de corporación en los Estados Unidos de América.
El cubo blanco en el corazón
Finalmente, si realmente decides formar parte de la base de la llama Madre para la era de Acuario, deberías considerar la membresía en la Iglesia Universal y Triunfante. El papa Juan XXIII nos explicó que quienes son miembros de la Iglesia interna, la Iglesia celestial, ya tienen el cubo al interior de su corazón. El cubo es el símbolo de la membresía, y es innegable: o lo tienes o no lo tienes. Es la marca de la Divinidad y la marca de su servicio a la luz en encarnaciones anteriores. Pueden ganar el cubo afiliándose como comulgante de la Iglesia.
Es muy interesante que desde que comenzamos a iniciar miembros en la Iglesia, a medida que los futuros miembros se acercaban a mí para una entrevista, Jesús me mostró el cubo en el corazón. Se ilumina. Es un cristal. Es un cubo perfecto. Y encierra la llama trina. Es magnífico de contemplar, y lo contemplamos en todos los santos con vestiduras blancas que se encuentran en esa imponente catedral. La Iglesia Universal y Triunfante está diseñada para ser la puerta abierta de la Madre Divina para recibir a personas de todos los ámbitos de la vida. Hay personas en todas las iglesias del planeta que tienen ese cubo en el corazón. Nuestra preocupación no es tanto que se unan a nosotros, sino que fortalezcamos su luz para que seamos uno en la llama.
Membresía
Hay doce principios de fe que constituyen la base para quienes desean ser comulgantes en la Iglesia. Los comulgantes son quienes desean afiliarse a la Iglesia externamente, solicitando la membresía y apoyando a la organización externa. Existen varias clases de membresía dentro de la Iglesia. Para ser elegible para ser comulgante, se requiere haber completado siete lecciones de la Fraternidad de los Guardianes de la Llama.
La membresía en la Iglesia no debe tomarse a la ligera, sino que debe considerarse la responsabilidad de la totalidad de la misión. Creemos que es importante que las personas tengan tiempo para reflexionar sobre esta responsabilidad: estudiar las Enseñanzas de los Maestros, leer los libros y comprender plenamente lo que significa ser miembro.
Véase también
Notas
Elizabeth Clare Prophet, The Great White Brotherhood in the Culture, History and Religion of America, págs. 310–16.
- ↑ Apocalipsis 21:2, 10,16.