Milarepa

From TSL Encyclopedia
Revision as of 23:37, 15 April 2020 by Pduffy (talk | contribs) (Created page with "<blockquote>»Quise a sabiendas llenar tu corazón de arrepentimiento y tristeza amargos, al borde de la desesperación, volviéndote del revés ignominiosamente. Y tú, por h...")
Other languages:
Milarepa, thanka from Bhutan (late 19th – early 20th century

Milarepa (1040–1143) es el reverenciado santo y poeta del budismo tibetano. Logró una gran maestría en los poderes yóguicos, como la levitación y el vuelo por el aire. Está representado característicamente con la mano derecha detrás de la oreja o cerca de ella. Algunos han conjeturado que esto indica que es un shravaka, un discípulo del Buda, un «escuchador» (Shravaka significa «oír, escuchar»). Otros creen que el gesto también puede simbolizar la capacidad de Milarepa de conservar enseñanzas y doctrinas budistas en su oído. Milarepa fue un maestro de las enseñanzas esotéricas del tantra, que se transmitían oralmente de gurú a discípulo.

The story of his life

Los tibetanos reverencian universalmente a Milarepa como un gran santo budista que llegó a estar completamente iluminado. La historia de su vida y sendero constan en una biografía escrita por uno de sus discípulos. En ella, Milarepa relata a sus estudiantes los acontecimientos de su vida, desde su práctica de las artes negras cuando era joven y su penitencia y período de prueba bajo un Gurú de la Verdadera Doctrina, hasta su iniciación en el «Sendero de Luz» y la práctica que tenía de renuncia y meditación.Cite error: Invalid <ref> tag; refs with no name must have content

Milarepa aprendió las artes negras con el fin de vengarse de sus malvados parientes. Durante la fiesta de bodas de su primo, derriba la casa de su tío mediante brujería, provocando la muerte de todos los invitados. Cuando los habitantes de la aldea intentan vengar la matanza, él crea tormentas de granizo y destruye sus campos.

Sintiendo un profundo remordimiento por tales actos, Milarepa marcha en busca de un gurú que le enseñe el verdadero dharma. Un lama le aconseja que acuda al monasterio del Valle del Trigo para encontrar al «más digno entre los hombres más dignos»: Marpa el Traductor. «Entre tú y él existe una conexión kármica, que viene de vidas pasadas», dice el lama. «A él debes acudir».

Milarepa encuentra a su instructor y gurú, Marpa, y comienza un riguroso sendero de discipulado. Soporta muchas dificultades. Antes de ser aceptado como discípulo, Marpa le hace construir una casa para hacer que la derrumbe después, sólo para comenzar de nuevo. Esto ocurre cuatro veces.

Las paredes de estas casas representan los muros de magia negra que Milarepa ha erigido en su subconsciente. La magia negra es el abuso del fuego sagrado de la Madre Divina. Practicada en el pasado o en el presente, es muy vinculante, produciendo estados distorsionados y desalineados así como líneas de energía irregulares. Milarepa tenía que estar dispuesto a derrumbar los muros de magia negra y construir de nuevo. Al construir y derrumbar, Milarepa desmantelaba su cinturón electrónico. El trabajo exterior era el signo del trabajo interior que estaba teniendo lugar.

Durante este proceso, Milarepa también desaprendía las falsas enseñanzas de los oscuros que le impartieron el conocimiento de la manipulación de la energía. Tuvo que superar la práctica de la magia negra y saldar el karma de sus malos actos. Cuando finalmente se ganó el derecho de ser chela de un verdadero maestro, su orgullo había sido quebrantado y, con humildad, caminó por la senda del logro.

Milarepa, the One Who Harkened, Nicholas Roerich (1925)

The lessons of Milarepa’s life

El maestro ascendido Lanello ha hablado de las lecciones de la vida de Milarepa:

¿No estaba Milarepa constantemente construyendo y derrumbando casas? Porque Marpa, su gurú, exigía la excelencia y, en última instancia, exigió de Milarepa esa excelencia. Cuando Marpa aceptó a Milarepa como pupilo, le advirtió: «Si te imparto la Verdad, dependerá totalmente de tu perseverancia y energía el que alcances la liberación en una vida o no».Cite error: Invalid <ref> tag; refs with no name must have content

Con el tiempo Marpa pidió a Milarepa que construyera cuatro casas, cada vez diciéndole, después de que la construcción estaba muy avanzada, que la derrumbara completa o parcialmente. Cuando Milarepa llamó la atención de Marpa al hecho de que tenía las manos y las piernas cortadas y contusionadas así como grandes heridas que rezumaban en la espalda, Marpa dijo: «… Si realmente vas en busca de la Verdad, no presumas así de tus servicios, mas continúa esperando con paciencia y trabajando con constancia hasta que tu tarea de construcción esté completamente terminada»Cite error: Invalid <ref> tag; refs with no name must have content

.

De este incidente, Milarepa dice: «Considerando para mí mismo que tal era el deseo de mi Gurú, creí que debía continuar y actué como me fue ordenado. Por tanto, ahora tomaba mis cargas y las llevaba enfrente de mí, y así realizaba el trabajo». Después comprendió que «era porque había cometido unos actos tan terriblemente malvados en la anterior parte de mi vida que ahora tenía que sufrir esas torturas atroces e indescifrables al principio mismo de mi búsqueda de una Fe y Doctrina para emanciparme».

Cuando Milarepa hubo pasado las iniciaciones, Marpa le explicó: «Hijo mío, sabía que eras un digno shishya [discípulo] desde el principio… Y fue con el propósito de purificarte de tus pecados que te hice trabajar tan duro en las cuatro casas. Las casas simbolizan… las cuatro clases de acción, representando cada casa una de las cuatro, a saber, la pacífica, la poderosa, la fascinante y la severa, respectivamente.

»Quise a sabiendas llenar tu corazón de arrepentimiento y tristeza amargos, al borde de la desesperación, volviéndote del revés ignominiosamente. Y tú, por haber soportado todas esas tribulaciones con paciencia y humildad, sin el menor cambio de tu fe en mí, tendrás, como resultado, discípulos llenos de fe, energía, inteligencia y bondadosa compasión, dotados desde el principio de las cualificaciones esenciales de los dignos shishyas»Cite error: Invalid <ref> tag; refs with no name must have content.

Be reminded of the yogi, beloved. Be reminded that if you desire enough to get out of the cage of self, you will get out of it and you will transcend yourself!

Did not Milarepa sit in a cave in obedience to his guru? Did he not become green from eating nettles and yet would not budge from his cave until he received the key to his victory? When you want something enough, beloved, you will have it.

Therefore, Padma Sambhava and I come to you. And we remind you of the teaching that your call compels our answer. If your call is a weak little call, halfhearted, you will get a weak little answer, halfhearted.

But if, with all the fervor of your heart and mind and being, you cry out to God and to the Great White Brotherhood on behalf of those who are suffering in the earth, and you offer powerful invocations as you walk up and down in the night, beloved—if you do this daily with the intensity that you would offer to God if, for instance, you held your dying child in your arms and were pleading for his life, you will establish such a tie with the heart of the Godhead that no lawful prayer you offer for the rest of your life will be denied you!

And the intensity of God’s power that will be given to you in return shall be enough to literally move mountains of your karma and open the way for resolution through your Holy Christ Self and God Harmony, that great cosmic being who ensouls the harmony of God.[1]

In the age of Aquarius, the ascended masters teach that the work of Milarepa becomes the inner work of undoing the misdeeds of our past lives and past karma. We must rebuild our house through striving and service and the use of the science of the spoken Word and the violet flame.

As Lanello says:

This will take time and hard work, but you can do it, beloved. You can and you must correct those things that only you can correct. For you have built a flawed structure, and the only thing you can do is to tear it down and build again.[2]

Sources

Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, The Masters and Their Retreats, s.v. “Milarepa.”

  1. Lanello, “I Am Sent to Father You and to Mother You,” Pearls of Wisdom, vol. 38, no. 37, August 27, 1995.
  2. Ibid.