Retiros del Maestro de París
El Maestro de París tiene un retiro etérico sobre la Île de la Cité, que es la isla sobre el Sena, en el mismísimo centro de París, y lugar de nacimiento de Francia. La Sainte Chapelle es el punto de anclaje de este retiro. La capilla tiene hermosas vidrieras con brillantes azules y bellos rubíes. La luz que se filtra por los vidrios concentra los aspectos de los rayos de la conciencia de Dios. Las salas de justicia, las cortes supremas y las cortes de Francia, reflejando la justicia de Porcia y Saint Germain, rodean el foco del Maestro de París.
Este maestro también tiene un foco físico en la ciudad de París –uno de los pocos focos físicos de la Hermandad que quedan en el planeta–, que frecuenta a menudo en forma física. Su retiro es una hermosa residencia antigua al estilo de un castillo, con muchas ventanas que miran hacia la ciudad de París. Este foco lo mantienen sus discípulos y frecuentemente lo utilizan los maestros como lugar de reunión en París, desde donde pueden dirigir las energías necesarias para sostener el equilibrio de los gobiernos de Europa.
El Arcángel Zadquiel describe la finalidad de este retiro de la siguiente manera:
Tomemos al Maestro de París y ese retiro en el mismísimo centro de la ciudad. Ha tenido siempre el único propósito de guardar la llama del séptimo rayo y, por tanto, utilizarla con discernimiento Crístico para ayudar a los benditos siervos de Dios encarnados, que trabajan para producir el bien en el mundo; para infundir, pues, su trabajo, el trabajo de sus manos, sus invenciones, su arte o su puro amor por la humanidad con una parte de esa permanencia que surge de los ciclos de la llama violeta[1]
En 1967 Alexander Gaylord explicó algunas de las funciones de este retiro de los maestros:
Por tanto, hoy, acabando de llegar de la academia de la Gran Hermandad Blanca que se encuentra en las afueras de París, desconocida de todos incluso en el Estado francés, deseo llamar vuestra atención al hecho de que pudimos reunir en los niveles internos a cierto número de almas avanzadas que se están sometiendo a un entrenamiento muy específico, en asociación con la Hermandad, para la reencarnación en el cuerpo planetario y para ayudar a Saint Germain en las tres próximas décadas.
Sin embargo, creo que es bueno que esta oportunidad que se les ofrece a ellos también sea extendida a aquellos de vosotros que estáis encarnados físicamente en la actualidad. También creo que es bueno que los jóvenes que estén asociados con este empeño intenten, de vez en cuando, asistir a nuestra academia mientras su forma física duerme para que puedan recibir el beneficio de la total dedicación que se manifiesta aquí, por los propósitos de la Gran Hermandad Blanca… como el augusto cuerpo de servidores del mundo y como los emisarios del Gran Sol Central y del Imán del Gran Sol Central[2].
De acuerdo con la voluntad de los maestros, cualquiera, en cualquier parte, podría ser invitado a entrar en este retiro como iniciado. Nadie está excluido. Podemos ir allá físicamente, y lo tenemos al alcance, pero somos nosotros quienes nos excluimos, pues no podemos entrar en estos retiros hasta que hayamos alcanzado cierto logro.
Véase también
Notas
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 2, “Retiros del Maestro de París”.