Ray-O-Light

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Ray-O-Light es un maestro ascendido que concentra la llama de la intrepidez, una penetrante luz blanca teñida de verde esmeralda. Ray-O-Light ayuda a Sanat Kumara, el Señor Maitreya y Jesucristo a atar a la progenie del malvado; también trabaja con K-17 y Lanello. Ray-O-Light y sus legiones de ángeles de la llama de la intrepidez acudirán en respuesta a su llamado.

Después de ascender en la luz, este ser deseó no seguir llevando un nombre meramente mortal y pidió que se le llamara sencillamente Ray-O-Light. La Presencia de Dios se extendió desde el corazón de los amados Helios y Vesta y Alfa y Omega, y dijo: «Así será por toda la eternidad. ¡Tú eres Ray-O-Light! Y tu misión hacia la vida entera será la iluminación de la humanidad. Y serás capaz de llevarla allá donde te encuentres, a saber, serás un resplandor de mi luz»[1].

Ray-O-Light dice:

¿Os gustaría saber cómo heredé la llama de la intrepidez? Os lo diré. También estuve encarnado en la Materia. También recorrí el sendero de iniciación. Y cuando llegué al punto en que todos los demonios de la noche y los caídos me asaltaron para alejarme de mi bendita percepción Crística, me arrodillé en oración.

Llamé a Dios cuando Dios me dio la percepción de esas hordas de oscuridad en su formación. Y os diré que los desencarnados que agreden la santa inocencia de los devotos son millones y, como buitres, van a atacar al alma, el alma que está a punto de ser liberada en el ritual de la superación.

Dios me enseñó el horror de la noche y los caídos, y clamé a Dios en mi oración, y dije: «¡Oh Dios, tú eres más grande que todo esto, tu llama y tu luz son capaces de consumir la oscuridad!». Y llamé a Dios pidiendo la acción concreta de la conciencia Crística que sabía que debía existir. ¡Pues ninguna cosa, ningún ser de la sombra podía ocupar el tiempo y el espacio sin que Dios proveyera un contrapunto de luz, de libertad! Y pedí la acción disolvente de la luz del Cristo. Invoqué el rayo del que sabía que disolvería todo lo que me agrediera en la hora de mi victoria.

Y os quisiera destacar que en ese momento afronté, igual que vosotros lo afrontaréis en el momento de vuestra superación, todo el impulso acumulado del miedo en ese cuerpo planetario, el miedo de las evoluciones sin logro, el miedo de los caídos a la segunda muerte y al juicio. Y todo ese miedo me sobrevino como las nubes de la noche. Sin embargo, me concentré en la fe en el elemento de la gracia que podía contrarrestar la oscuridad.

Gracias a esa fe en la existencia suprema en Dios del elemento para contrarrestar el miedo, recibí, tras muchas, muchas horas de oración, la visión de la llama de la intrepidez descendiendo desde la gran Estrella Divina como una luz fina cruzando el cielo en su descenso. Y miré, y vi, y he aquí, el descenso de ese fuego llegó hasta mí, al mismísimo lugar en el que estaba rezando de rodillas. Y al bajar ese rayo, vi los componentes de la luz interior. Vi algo de la química de Dios. Vi a seres elementales animando ese rayo. ¡Vi la penetrante luz blanca y la acción del rayo esmeralda, penetrando toda esa oscuridad!

Y, he aquí, al descender el rayo, vi la disolución de los mundos del miedo y la duda y la separación de Dios. Y donde antes estaba la oscuridad vi, he aquí, ángeles, huestes de luz, y oí la música de las esferas llevada en la llama de la intrepidez. ¡Y al descender el rayo, estalló como un fuego a mi alrededor, y quedé envuelto en ese fuego, esa llama de la intrepidez! Y ardió a través de mí y a través de mi alma y a través de mis chakras y a través de mis cuatro cuerpos inferiores, y ardió hasta que me convertí en esa llama.

Y renuncié a todos los vestigios de la conciencia inferior dejándolos fuera de la Gran Llama Divina, y vi que Dios me llamaba a ser la plenitud de esa llama para muchas oleadas de vida. Vi que Dios puso sobre mí la iniciación más grande del miedo para que pudiera recibir la bendición más grande de su antídoto. Para que pudiera llevar ese fuego y ser digno de llevarlo, era necesario que primero percibiera todo lo que se oponía a ese fuego, para poder dar respuesta al SEÑOR sobre si me mantendría firme para concentrar esa llama ante todo lo que se opondría a ella, hasta la consumación final de los planos de la Materia.

Queridos, como veis, para cualquier virtud que invoquéis del corazón de Dios, primero debéis matar la oscuridad que quiere agredir a esa virtud. ¡Y Dios no bajará al cáliz de vuestro corazón los elementos de esa llama hasta que no os hayáis sostenido por vuestra propia luz, vuestra decisión, vuestro impulso acumulado! Hasta que no hayáis permanecido para conquistar a quienes os quieren desafiar en el mismo momento en que recibáis esa energía.

«¡Seguir adelante!»

Ray-O-Light explicó cómo superar todas las proyecciones de miedo:

Estáis en el tiempo y el espacio. Ante vosotros está la gran avenida de la vida. Y habrá veces en las que os sentiréis como si estuvierais en una tormenta de nieve, con vuestro cayado que es la enseñanza para guiaros en vuestro camino. Y con los mantos del peregrino, avanzaréis contra el viento y la tormenta, apenas capaces de ver un pie delante de vosotros. Y continuaréis, progresando apenas un poco, como si dijéramos, en ese sendero. Y habrá días en que la tormenta cesará, y habrá calma y veréis los rayos del sol. Y de nuevo vendrán las lluvias, el relámpago y el trueno se oirán, y el crujir de la tormenta.

A cada paso que avanzáis, avanzáis por la acción de la intrepidez. Ese miedo que debéis conquistar es el conglomerado de vuestra conciencia humana amplificado por los caídos, que viven por el miedo, no el amor.

Seguid avanzando, chelas de la luz… ¡Porque los caídos que se han disfrazado de seguidores del Príncipe de la Paz vienen saturados de las entidades de la duda, el temor, el orgullo y la tiranía! Vienen a frustrar la emisión de la luz, las altas frecuencias del Buda, de los Kumaras, de Maitreya, de la Madre del Mundo. Vienen a tender su cortina de humo. Y descubriréis que los hombres temblarán en la oscuridad exterior y el miedo que les sobrevendrá es el miedo de los últimos días. Y con su miedo, se levantarán para defender su posición, la posición falsa que no tiene permanencia en la mente de Dios.

Veréis, pues, antes de la derrota de todo el mal sobre el cuerpo planetario, la subida de la marea del miedo. Y puesto que los niños de Dios no saben cómo combatir ese miedo –no conocen el nombre de Ray-O-Light ni la poderosa acción de la llama de la intrepidez– pido a los devotos de la Gran Hermandad Blanca que invoquen la llama de la intrepidez, para que podáis conservar vuestra cordura ante la vanidad y la blasfemias de los caídos, que os agreden y quisieran arrancaros vuestra maestría Crística.

Este es el sendero que recorrió Cristo. Él expulsó el miedo como los demonios, como el paralítico.[2] Él expulsó el miedo a la muerte y a la necesidad. Los expulsó en todas sus formas y vivió para demostrar la ley de la excelencia y el amor.

Debéis cumplir la vida del conquistador de Piscis antes de poder cumplir vuestro plan divino en Acuario. Y la mayoría de vosotros no tendréis permitida la ascensión hasta que hayáis cumplido vuestro plan divino en Acuario. Y la realización del plan divino es un requisito necesario para vuestra ascensión…

Aquí está la clave, pues, para superar ese miedo que agarrota al cadáver, ese miedo que agarrota el flujo de la vida, el miedo que en última instancia es la muerte de la autopercepción. ¡La clave es seguir adelante!

Cuando os encontráis en una tormenta de nieve o en una ventisca, no os acurrucáis al lado del camino, porque instintivamente sabéis que os congelaréis hasta morir. ¡Debéis seguir adelante! Esta es la clave para conquistar todo el miedo. ¡Seguid adelante! ¡Manteneos activos! ¡Moveos a través de los elementos, moveos a través del espejismo del miedo! ¡Perforadlo! con vuestra espada y descubrid la isla en el sol, el lugar de luz, el jardín del Edén.[3].

Ray-O-Light es su amigo maestro ascendido, que viene «algunas veces en su hora más oscura, cuando las sombras parecen cerrarse sobre usted y parece como si no pudiera dar un paso más en el camino»[4]. Él le enseña a agarrarse a su Presencia Divina a través de todas las pruebas y trae consigo un rayo de esperanza de Dios. Ha prometido que cuando susurre su nombre, Ray-O-Light, y recuerde que usted también es un rayo de luz, él le otorgará la paz de su Presencia.

Ray-O-Light le llama a que se una a las legiones de la llama de la intrepidez. Hay diez mil ángeles en cada legión, listos para ser llamados a la acción por usted. Son ángeles de acción, prontos para la carrera. Ellos expulsarán toda duda y temor, la muerte y la enfermedad, y expulsarán a los caídos. Ray-O-Light dice:

Ahora estos diez mil se arrodillan ante vosotros. Llevan el escudo de la fe en la mano izquierda y la espada de la justicia en la derecha. Van vestidos de blanco con mantos de verde esmeralda. Se arrodillan ante vosotros porque prometen alianza al Cristo en vosotros. Admiten al Cristo como la autoridad de ordenarles que se pongan en acción. Se arrodillan para recibir la orden de vuestra conciencia Crística para ir a Terra esta noche a atar a los caídos…

Habéis tenido la visión de los que acudirán en un instante allá donde emitáis un susurro, diciendo: ¡Oh Dios, oh llama «de la intrepidez» legiones de Ray-O-Light, venid! Y, de repente, veréis su luz asentada a vuestro alrededor, y os pondréis de pie y contemplaréis la gloria de Dios mientras arrojan toda la irrealidad y limpian el camino para la venida del hijo, la hija de Dios.

Ahora os pregunto, ¿no os sentiréis un poco avergonzados si volvéis a abrigar el miedo? Así, pues, he tenido éxito al venir con mi misión. Os he transmitido el impulso acumulado de mi amor por la intrepidez, ¡porque veo cómo la intrepidez libera el poder creativo del cosmos! He visto lo que puede ser el mundo sin miedo. He visto el resplandor de los cristales de la mente de Dios, la creatividad, el arte y la cultura divina. ¡He visto lo que puede ser la vida cuando está libre de duda, temor y muerte! Así, oh Dios, oh Dios Todopoderoso, que estos sean los electrodos que transmitan a Terra el nuevo nacimiento en la llama de la intrepidez[5].

Notas

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 2, “Ray-O-Light”.

  1. Ray-O-Light, hacia 1959.
  2. Marcos 5:1-15; 9:17-27; 2:3-12; Mateo 8:5-13, 16.
  3. Ray-O-Light, “Keep Moving! (¡Seguid adelante!)”, “The Radiant Word (La Palabra radiante)”, Perlas de Sabiduría, vol. 25, núm. 29, 18 de julio de 1982.
  4. Ray-O-Light, hacia 1959.
  5. Ray-O-Light, “Keep Moving! (¡Seguid adelante!)”.