Rex y Nada, Bob y Pearl

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Sadrac, Mesac y Abednego en el horno de fuego

Rex y Nada, Bob y Pearl son jóvenes maestros ascendidos que vivieron en el siglo XX en los Estados Unidos. Recibieron las iniciaciones para la ascensión bajo los auspicios del Gran Director Divino, Saint Germain, la Maestra Ascendida Leto y los mensajeros Godfre y Lotus, en la década de 1930.

Su actividad es la de servir a los jóvenes del mundo haciendo surgir la llama trina del núcleo de fuego blanco de todo átomo y toda célula en el ser del hombre. Pearl concentra la pureza del cuarto rayo (blanco); Bob, el primer rayo (azul); Nada, el tercero (rosa); y Rex, el segundo (oro).

Encarnaciones

En su última encarnación, Rex y Nada fueron hijo e hija de Daniel y Nada Rayborn, también iniciados de la Hermandad, cuya ascensión antecedió a la de sus hijos. Bob y Pearl Singleton eran hermanos y también estudiantes de Saint Germain. El Maestro les reveló que Rex y Pearl eran llamas gemelas y que Bob y Nada también lo eran.

Rex ha sido tanto un instructor de la verdad como un líder en los ejércitos de las grandes naciones del mundo, como Grecia, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. También ha prestado servicio en el quinto rayo como científico famoso en varias vidas.

En la Atlántida Pearl prestó servicio como una virgen vestal en el Templo de la Luz. Fue la más exaltada de las hermanas del templo. Perdió la vida cuando unos rebeldes atlantes causaron estragos en el templo, pero conservó su impulso acumulado de servicio a la luz y lo volvió a producir, una y otra vez, en encarnaciones sucesivas. A lo largo de muchas vidas ha sido una instructora de la verdad.

Nada estuvo encarnada como un emperador mogol de la India. Durante su reinado tuvo lugar una gran cultura y unificación del pueblo bajo la influencia del gran amor que ella expandió por él mediante su llama del corazón. En otras encarnaciones fue una suma sacerdotisa en un templo de Egipto, la hija de un jeque árabe, y prestó servicio con su llama gemela en la Atlántida, cuando su tío era uno de los grandes maestros gobernantes. Su deseo por la luz ha sido el tema dominante a lo largo de cientos de vidas que ha tenido en este planeta. Bob prestó servicio noblemente y bien bajo George Washington, durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.

Rex, Nada, Bob y Pearl estuvieron encarnados juntos en los tiempos de Enoc. Rex explica:

Habéis oído la palabra del maestro ascendido Enoc, nuestro gran padre, que explicó en su dictado que en el profundo momento del aumento de luz en él, al arrodillarse ante un ángel santo, fue apedreado por nosotros; no sólo yo, amados, sino por todos los que estábamos encarnados en aquella época.

Y nuestro padre Enoc rezó profundamente por nosotros para que llegáramos a entender a este «viejo» y pudiéramos sentir la luz y ver su Sendero. Y por tanto, se convirtió en nuestro patrocinador; y este amado jerarca no nos dejó solos, sino que nos buscó vida tras vida. Y así, recibimos muchas iniciaciones bajo su patrocinio, hasta que llegó el momento en que debíamos pasar por la prueba ígnea, la prueba de fuego, amados, en la octava física.

Porque fuimos llamados como hijos e hijas de Venus. Fuimos llamados para demostrar en la Tierra esa iniciación del fuego sagrado y el fuego físico, para que hubiera constancia en esta Tierra y en los libros santos de lo que realmente puede ser la prueba de fuego física. Y observaréis que no fue uno de los hebreos, sino un rey pagano quien se dio cuenta de los tres que fueron arrojados al horno y de un cuarto, como el Hijo de Dios. Benditos, nuestros cuerpos fueron preparados durante muchos siglos para esa iniciación, tanto en los niveles internos como en encarnación. Y por tanto, cuando nos pusieron en ese horno, nuestro cuerpo físico permaneció intacto por el fuego y el olor del humo no se encontró en nuestros vestidos.

En ese momento, amados, me acompañó consiguientemente el Hijo de Dios, la integradora Presencia Crística de Jesús, nuestro Señor. Y los otros tres eran los amados Pearl, Bob y Nada. Así, ellos eran los tres en la forma física y yo, el cuarto, la Presencia permanente.[1] Y a través de esa iniciación y nuestro exitoso paso por ella, recibimos, desde ese momento, la aceleración de nuestro cuerpo físico. Y esa aceleración permaneció con nosotros en encarnaciones posteriores, hasta este siglo…

Debido a que pasamos por esa prueba de fuego y continuamos encarnando vida tras vida como iniciados de la Gran Hermandad Blanca, llegamos al momento, en este siglo, en que recibimos la llamada de Saint Germain. Y él nos dio a conocer que por haber conservado la luz de nuestras encarnaciones anteriores en estos cuerpos y por haber aumentado la luz en ellos continuamente, desde el momento de nuestra prueba de fuego, nuestros cuerpos y, por tanto, nosotros mismos, estábamos preparados y podíamos ser recibidos como candidatos para la ascensión física. Así, en respuesta a vuestra pregunta y vuestra interrogante, amados, es una verdad absoluta escrita en los registros de akasha y es un hecho científico ¡que los cuatro realmente ascendimos físicamente!

Saint Germain deseaba profundamente que este ejemplo y registro constara en akasha para que cuando la era de oro llegara, según sus sueños, debido al esperado cumplimiento de sus propósitos al fundar la Actividad YO SOY, aquellas evoluciones que encarnaran, que tuvieran un logro en aumento y que hubieran pasado por iniciaciones paralelas a las nuestras, pudieran experimentar también la ascensión física. Saint Germain deseaba sellar en akasha el registro de la posibilidad de la ascensión física, que hasta el día de hoy sigue siendo una excepción a la regla[2].

Su servicio hoy

En su servicio conjunto a la humanidad, Rex, Pearl, Bob y Nada concentran la llama de la eterna juventud para la gente de todas las edades. Poseen un enorme impulso acumulado de devoción y servicio a los niños y los jóvenes que se puede invocar para la aplicación del plan de la Hermandad para la juventud del mundo y para la enseñanza.

El maestro ascendido Rex habla de la importancia de llevar los conceptos de los maestros ascendidos a nuestros niños y jóvenes:

¡Oh América, tierra de mi juventud y tierra de mi victoria! Cómo te recuerdo cuando caminaba por tus colinas, cuando meditaba en Dios en tus bosques, en tus montañas, oh América, en las nieblas de la mañana cuando moraba bajo los árboles y ordenaba mis pensamientos y sentimientos en la llama del corazón de mi Presencia Divina.

Recuerdo bien aquel día, el día en que apareció ante mí esa santa presencia de la vida en el maestro Saint Germain, con su gran promesa de victoria que es la ascensión, no sólo para mi corriente de vida sino para toda la juventud de Estados Unidos; su gran promesa de libertad que se conseguiría en esta nación, esta gran nación de Dios. Me habló de la juventud maestra ascendida de los Estados Unidos, y me habló de la juventud como un concepto en su corazón para todos los hombres, sea cual sea la edad de la forma que puedan llevar.

Pero ese día destacó, esa mañana temprano cuando el sol corría por los árboles centelleando en el rocío, en ese santo amanecer me explicó que cuando los conceptos de los maestros ascendidos se encarnan a edad temprana, se quedan afianzados ahí, en la matriz, en el mundo de la mente y los sentimientos de la gente, de los niños. Y así, cuando alcanzan la madurez y el estado adulto, el ritual de esos conceptos está establecido en sus cuatro cuerpos inferiores; y así, la gran victoria de la luz puede salir resplandeciendo de sus rostros y sus corazones como el sol brillaba aquella mañana.

Y así, me habló de la gran necesidad que hay de establecer focos de luz que sean atractivos para los jóvenes de los Estados Unidos, que los atraigan hacia su Presencia Divina, que los capaciten para comprender claramente el contraste entre la luz de Dios y la luz simulada del mundo exterior, con sus sórdidas actividades que desprecian al Cristo en los jóvenes. Y dijo que han de establecerse, estos focos de luz, y miró a este siglo, a esta época, buscando a esos trabajadores que se reunieran y se comprometieran con los jóvenes del mundo[3].

En 1989 Rex anunció que había venido del planeta Venus con Nada, Bob y Pearl y un mandala de veinticinco mil jóvenes maestros ascendidos, con el fin de patrocinar a los jóvenes del mundo. Han hecho morada en el Retiro de la Madre Divina, sobre el Rancho Royal Teton.

Véase también

Jóvenes maestros ascendidos

Prueba de fuego

Notas

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 2, “Rex y Nada, Bob y Pearl.”

  1. Véase el Libro de Daniel, capítulo 3, que contiene la historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego y su prueba de fuego bajo el rey Nabucodonosor.
  2. Rex con Pearl, Bob y Nada, “The Physical Ascension (La ascensión física)”, Lección de Guardianes de la Llama 31, págs. 70, 72.
  3. Lección de Guardianes de la Llama 31, pág. 56.