Transfiguration/es: Difference between revisions
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<blockquote>When this action of the transfiguration is initiated by the Presence and received by the soul in the fullness of God-awareness, a state of consciousness is entered into by the disciple wherein he no longer considers himself Christian, Jew, Buddhist, Mohammedan, or a member of a separate religious sect. Neither is he conscious any longer of racial characteristics stamped on the outer form; but, in the joy of the divinely blessed transfiguring experience, he is one (as I AM) with the pure, electronic white light of God’s sacred fire. This is the true initiation of the Holy Spirit through each one’s Holy Christ Self.</blockquote> | <blockquote>When this action of the transfiguration is initiated by the Presence and received by the soul in the fullness of God-awareness, a state of consciousness is entered into by the disciple wherein he no longer considers himself Christian, Jew, Buddhist, Mohammedan, or a member of a separate religious sect. Neither is he conscious any longer of racial characteristics stamped on the outer form; but, in the joy of the divinely blessed transfiguring experience, he is one (as I AM) with the pure, electronic white light of God’s sacred fire. This is the true initiation of the Holy Spirit through each one’s Holy Christ Self.</blockquote> | ||
Revision as of 02:57, 26 April 2020
La transfiguración es una iniciación en el sendero de la ascensión que tiene lugar cuando el iniciado ha alcanzado un cierto equilibrio y expansión de la llama trina.
La transfiguración tiene lugar antes de la crucifixión y es una preparación para ella. La luz de la transfiguración desciende para que podamos tener el modelo de perfección impreso en nuestros cuatro cuerpos inferiores, para que podamos resistir, en la hora de la crucifixión, el gran peso en el plano físico que se coloca sobre nosotros a medida que pasamos por las catorce estaciones de la cruz. El modelo que se libera a través de la transfiguración se imprime sobre nosotros una vez más a través del ritual de la resurrección cuando hemos demostrado la victoria sobre la muerte.
Las iniciaciones que siguen al juicio final
El juicio final es el ritual por el cual deben pasar los hijos e hijas de Dios en preparación para la prueba final del fuego sagrado y su reunión final con la Presencia Divina. Este es el juicio que está reservado para los benditos Hijos Siervos a que se mencionan en Libro del Apocalipsis, que "menospreciaron sus vidas hasta la muerte". [1] El Templo de la Ascensión en Luxor es el lugar preparado para el juicio final de aquellos que pasaron por las aulas de la Tierra y se ganaron el derecho de sentarse a la diestra de Dios.[2]
Si por una razón u otra el discípulo que se ha ganado su ascensión no puede ascender directamente desde el plano físico al llegar al final de su última encarnación, es llevado al Templo de la Ascensión en sus cuerpos más sutiles donde se realiza la ceremonia de la ascensión. En muy pocos casos, las iniciaciones se dan a aquellos que todavía tienen un cuerpo físico.
El Templo de la Ascensión en el río Nilo en Egipto es una parte del retiro en Luxor, que es presidido por Serapis Bey. A pocas millas del foco hay una pirámide, también superpuesta con actividad etérica. Aquí, en la habitación superior de la pirámide, se encuentra la Cámara del Rey, donde tienen lugar las iniciaciones de la transfiguración y la resurrección.
La transfiguración de Jesús
La iniciación de la transfiguración es preliminar a la resurrección porque implica la eliminación previa de la sustancia mal cualificada que queda en el campo de fuerza del candidato a la Cristeidad, el equilibrio final de la llama trina, la alineación de los cuatro cuerpos inferiores, la victoria del caduceo y la elevación del Átomo Simiente.
Jesús dio una demostración pública de esta iniciación cuando se transfiguró delante de los discípulos con Moisés y Elías. El registro de este evento ha sido conservado en tres de los evangelios:
Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías: quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él.[3]
Jesús demostró la transfiguración para darle a sus discípulos una probadita del reino de Dios y para prepararlos para que experimentaran esa misma transfiguración final en su propio cuerpo y alma. Para lograrlo, el Maestro los transportó a una dimensión superior de la conciencia de Dios y partió el velo para que pudieran ver personajes divinos y un evento divino que normalmente los mortales no pueden atestiguar.
Descripción de la transfiguración
To transfigure means “to change the form or appearance of; to exalt or glorify.” The transfiguration takes place when the Father Supreme, manifesting through the individualized God Presence of the disciple, commands the white-fire core in the heart of every cell and atom in his four lower bodies to expand and to maximize the brilliance of the light. This command is given in response to the invocation by the initiate of the final balancing of his threefold flame. It is given because he is supremely ready for the transfiguration.
As the atomic energies are released from within the nuclei of his own being, the power of the Great Central Sun Magnet pours through the lifestream, raising the vibratory rate of the atoms and cells, bringing his four lower bodies into alignment with the divine pattern. While this is taking place, the Magnet draws to itself the remaining residue of misqualified substance lodged between the atoms and electrons. Finally, the fires of the seven rings that surround the Seed Atom (the Kundalini) are activated, intensifying the caduceus action; the focus of the Great Central Sun Magnet in the Lodestone of the Presence draws the Seed Atom from the base chakra up the spine. As it ascends, it opens each chakra to its greatest capacity, releasing the impetus of the Holy Spirit to the four lower bodies.
Rising through the planes of Matter and Spirit to the crown chakra, the Seed Atom (the Divine Mother) unites with the Lodestone (the Divine Father); and the thousand-petaled lotus unfolds. At the moment when the union of the Father-Mother God takes place, the greatest release of the Christ Light through the heart chalice occurs, and the transfiguration is complete.
Within the dimension of his Christ-identity, man is omniscient, omnipotent and omnipresent. He has circular vision, his countenance shines in the full glory of the Christ, his blood becomes golden liquid Light: he is the conqueror of mortality. Free at last from the bondage of the flesh, he may maintain life in his physical body for hundreds of years as Saint Germain and other ascended masters have done, or he may proceed within a few days or weeks to go through the ritual of the resurrection. Thus, when God in man appears no longer as man, but as God, we behold that man is transfigured.
The flame in the heart of every cell and atom is actually a miniature threefold flame. As the plumes of these millions of threefold flames expand in response to the impetus of the Great Magnet, they arise from the base of each cell as dormant flowers greet the warmth of the sun. Swirling upward, they follow the spherical form of the cell and then return from the northern pole of the cell along the center axis to the base pole, forming the shape of a heart—the diamond heart. This action of the flames within the cells signifies the transfer of the patterns of the Christ Self into manifestation in the four lower bodies. Thus, we find that the Image of the Christ is destined to be outpictured within every cell. He is the Central Sun of each microcosmic universe within the body of man.
If the transfiguration has not occurred before the disciple arrives at Luxor, or before his transition from the physical to the etheric plane, it will occur sometime after the ritual of the Final Judgment. In cases where the Law requires the transfiguration to follow immediately after the ritual, the disciple is taken directly from the court to the highest room in the Pyramid. There he is left alone to commune with the Father; and as his consciousness merges with that of Universal Reality, his transfiguration takes place.
The guardian angels, the mighty seraphim who are everywhere present at Luxor, watch over the disciple during the transfiguration experience to prevent the interference of the negative momentums of the mass consciousness that are pitted against the Christ in every man. Their protection enables the disciple to concentrate entirely upon his initiation and to use his full capacity to make complete attunement with his God Presence and with the Great Central Sun Magnet.
El significado de la transfiguración
Jesús describe el significado de la transfiguración para el discípulo en el sendero:
La transfiguración es el medio legado por la conciencia Divina para liberar al hombre de (1) todas las manipulaciones y cambios degradantes diseñados para retrasaar la evolución de la raza, y (2) de todo lo que no está en completa unidad con la esencia original de Dios mismo, y con el fuego sagrado de la Poderosa Presencia YO SOY.
A través de la aceleración de los anillos electrónicos de fuego de la Presencia, que ocurre durante la iniciación de la transfiguración, los individuos son "elevados" en vibración y cubiertos con el vestido sin costuras[4] de luz electrónica. Esta luz transfiguradora viene desde el corazón de Dios y pasa a través de toda ilusión y densidad humanas, las cuales, sombría y astutamente, procuran ocultar a la mirada de ellos, con mil seducciones y subterfugios, la divinidad latente en la simiente de Cristo.
When this action of the transfiguration is initiated by the Presence and received by the soul in the fullness of God-awareness, a state of consciousness is entered into by the disciple wherein he no longer considers himself Christian, Jew, Buddhist, Mohammedan, or a member of a separate religious sect. Neither is he conscious any longer of racial characteristics stamped on the outer form; but, in the joy of the divinely blessed transfiguring experience, he is one (as I AM) with the pure, electronic white light of God’s sacred fire. This is the true initiation of the Holy Spirit through each one’s Holy Christ Self.
The effect of God’s light upon man’s consciousness is great joy and peace. When the light and fire of God flow through him like a crystal-clear river of Life,[5] washing away the former impressions of unhappiness, the glory and freedom he feels are boundless!
Every son of God can and should pass through the initiation of the transfiguration not merely as an Easter ritual, but as the once-in-a-lifetime mountaintop experience with the Ascended Masters Moses, Elijah, and myself, witnessed by the apostles. This is the gift of God to permanently change one’s life and to prepare the soul for succeeding initiations on the path of Christhood ere the resurrection can be attained.
The power of the transfiguration to change one life exemplifies the action of the sacred fire, whose transforming light is the miracle worker day by day, until the soul and four lower bodies of the disciple are prepared for the fullness of the all-enveloping transfiguration.
Such as these, proving the Law of Love step by step, descend the mountain and go forth (return to service at human levels) better equipped to render real assistance to their own friends, loved ones, and a world that hungers as never before to be filled with righteousness—the knowledge of the “right use” of all God’s powers. These are truly the meek who, full of divine strength, shall inherit the earth.[6]
See also
For more information
Jesús y Kuthumi, Corona Class Lessons: For Those Who Would Teach Men the Way, págs. 113–43.
Notas
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Saint Germain Sobre Alquimia: Fórmulas para la autotransformation.
Elizabeth Clare Prophet, January 27, 1974.
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, The Path to Immortality (El sendero hacia la inmortalidad), págs. 232–33, 239–41.
Jesus and Kuthumi, Corona Class Lessons: For Those Who Would Teach Men the Way, insert “Healing through the Transfiguration.”